miércoles, febrero 18, 2009

Vamos, dejémonos de pavadas
déjame arrancarte una fruta del pecho.
No me mires así,
abre bien los ojos ponte las gafas
Póntelas y mírame completo
más allá de la vista, del oído

No me pongas esa cara,
la pena ya nos tiene
sin poder apreciarle
el dulce brillo al pez
apenas cubierto de agua

(sin poder reflejarnos)

Esa que nos nace y fluye
pezcaracol,
cancionletra,
besoespalda,
cuello, cuellopiel

y que ahora, sombría,
se llena de hojas
grises:
reflejo y retazo poco claro.
Fantasmas de las líneas
de las líneas de nuestros ojos.

Blanco y negro
aspirado el sonido

moribundo, triste.
Como sólo las cosas tristes

Cubierto, cenizado.
Agónico, agónico, agónico.

Dame tu mano,
no temas y dame tu mano
que mientras me uno a ella
entrelazado en la ansiedad
del tiempo,
irá cambiando tu cara
y desde tu mano irá
y desde tus ojos irá
extendiéndose, caluroso
un clamor sin imágenes,
pura existencia
rehusándose al código de la letra;
y nos irá llenando, y nos irá llenando, y nos irá llenando

quizás lentamente pero con brío, con dulzor de destino inescapable, de cosa firmada con letra escarlata. Miraremos en torno y habrá nacido una casa, con los restos de la otra metidos en el porche inglés, en el cielo otoñal y el poste para arañar del gato, que,

gastado
por
el
tiempo,

seguirá en la esquina destripándose de a poco, pero dejando en su camino la angustia de esperar frente a una puerta cerrada, golpear con las patas, romperse las uñas, dormirse mirando por el tímpano de la puerta, por el cerrojo velado. Oliendo del otro lado para formar una imagen vaporosa, un teatro de sombras chinescas, un diálogo de cine mudo,

El gran monologo de la vida saliendo de labios impíos, descascarados y mordidos, sangrantes; el actor mirando los asientos vacíos, escupiendo en los rostros estoicos, gritando sonetos, versos corales, poesía épica, secular, un hilo escapando de la lengua furiosa que es puente por debajo de la puerta, es cuerda para escalar ese abismo que te tiene a ti de un lado y a mi del otro.

Y te escucho escuchándome, tocándome los dedos desde el otro lado del muro, mirándonos a los ojos desde tiempos distintos, con la vista al mismo mar pero otro; tan nuestro pero tan otro.

"Evidentemente, no puedo romper la pared con la cabeza, porque mis fuerzas no alcanzan para ello; pero me niego a aceptarla simplemente porque sea de piedra y yo no tenga fuerzas para romperla"


Pero no son pavadas
no son pavadas
cómo
si no son pavadas

Así...

sábado, febrero 07, 2009

"Mañana de quietos horizontes
junto al vacío estanque
de mi miedo:
hay un lugar oculto en tu mirada;
donde mi mano toca
nada encuentro
y es la soledad el fruto de mi juego:
amar lo que no ha sido,
temer lo que no llega

Y si hoy digo si a la vida,
mañana un horizonte destruirá la casa...
Y si hoy digo que no,
no habrá ni casa ni horizonte,
ni luz.

Sólo silencio.
y este indescifrable amor que siento
por lo que nunca fue,
por lo que siempre ha sido

Hay amor.
Esta fragancia incontrolable que nos daña
(donde nuestra soledad es una,
donde todo parece perpetuarse)
Y no digo sí
ni no;
yo soy el que espera
tu horizonte,
como un prisionero,
más allá de cuanto fuimos,
más allá de cuanto somos.

Mañana de quietos horizontes
junto al vacío estanque
de mi juego...
Esperando tu amor, tu olvido, tu silencio,
esperando tu amor.
Ahí,
donde nace mi miedo."