jueves, octubre 30, 2008


¿Cómo expresarte? ¿Cómo volverte letra, si ya no haces más que mezclarte en todo lo que escribo; si poco a poco vas extendiendo tus pétalos y tus tallos y te empeñas en enverdecer todo lo que pinto? ¿Cómo sacarte de mi literatura si tus raíces están cada vez más cerca de su médula? ¿Cómo arrancarte de mí cuando has anegado mis venas, te has metido por mis poros y has brotado en mis huesos, has nublado mi vista e invadido mi paladar?
Te temo, te escapo, te violento y aun estás ahí. Dulce ilusión mía ¡Aun estás ahí!
Mi única salida (conjurarte en el texto, controlarte en la palabra, volverte dócil en el lenguaje y juguetear contigo en los inocuos campos del discurso) ya no es útil. Tus extremidades salen de mis hojas y me atacan, la tinta de mis lápices se subordina a tus designios y baila bajo mis ojos. Mis discursos todos me apuntan con el dedo y se ríen ¡Me lanzan baldadas de lodo y se ríen!
Mientras tú te me apareces al frente como si nada pasara con tu cigarro entre los dedos y tus labios carmín y ¿qué más me queda?... en nombre del tiempo mismo ¡¿qué demonios más me queda que ofrecerte fuego, un beso en la mejilla y un alhelí?!

1 comentario:

Rigoberto Gonzales dijo...

Esto está bonito. Como que lograste que hablar del lenguaje no me pareciera fome. Pero weón, ponle título. Es difícil leer weás que no tienen título.